Un hombre que antes se dedicaba al robo en las calles de Neiva, vivió una transformación radical después de ser arrestado. Tras reflexionar durante su tiempo en la cárcel, decidió abandonar el camino del crimen y buscar una vida más honesta para sostener a su familia. Sin un empleo estable y con pocas opciones, se lanzó al desafío de aprender malabares, encontrando en los semáforos de la ciudad su nuevo escenario.
Aunque ha logrado mejorar su destreza como malabarista, la vida en las calles sigue siendo difícil. Hay días en los que apenas consigue algunas monedas, en otras ocasiones no le queda más opción que pedir limosna para poder alimentar a su esposa y sus dos hijos. Sin embargo, a pesar de las dificultades y la constante tentación de volver a robar, este hombre se mantiene firme en su promesa de no regresar al crimen.
Cada vez que lanza uno de sus bastones al aire, recuerda su lucha por ofrecer un mejor futuro a su familia. Este hombre ha encontrado en los malabares no solo una forma de ganarse la vida, sino una manera de mantenerse en el camino correcto, con dignidad y determinación, luchando por sostenerse a pesar de las adversidades que enfrenta día a día.
“La vida es como un malabar: se trata de mantener el equilibrio, de no dejar caer los bastones, y cuando lo haces, te levantas y lo intentas de nuevo”.
Esta es solo una de las miles de historias que emergen de las calles de Neiva, donde la lucha por la redención y la dignidad conviven con las dificultades diarias. En “EX-COMBROS”, buscamos dar voz a aquellos que han aprendido a levantarse entre las ruinas y siguen adelante, un día a la vez.
Excelente trabajo
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🙏🏻
vamos por mas
Buen ejercicio